psicóloga infantil
Ayudamos a tu hijo
a superar sus problemas
Terapia psicológica para niños
TERAPIA INFANTIL
Al igual que los adultos, a veces los niños, pueden encontrar ayuda en la terapia.
Algunos niños necesitan ayuda porque les cuesta establecer un buen contacto con sus padres, profesores, compañeros, hacer frente a los retos escolares y/o porque tienen un pobre sentido/ imagen de sí mismos.
Actualmente los padres se enfrentan a múltiples retos, el estrés laboral, la difícil conciliación de la vida laboral y familiar… lo que en ocasiones genera sentimientos de frustración, culpabilidad y responsabilidad cuando se dan cuenta de que su hijo está teniendo problemas. No obstante, cada vez más familias muestran mayor interés por las cuestiones emocionales que afectan a sus hijos, queriendo entender qué les ocurre y conocer la mejor manera de ayudarlos. En estos casos, el psicólogo infantil puede ayudaros.
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¿Necesita mi hijo ver a una psicóloga infantil?
Ante esto plantéate: ¿Te sientes preocupado por tu hijo? ¿Piensas que tiene un problema de aprendizaje, déficit de atención, problema de comportamiento o problema de relación con los demás? ¿Sientes que tu hijo se encuentra mal? ¿Sientes que no sabes cómo ayudarle? ¿Necesitas orientación y nuevas estrategias para ayudar a tu hijo en su día a día?
Ten en cuenta que buscar ayuda de un psicólogo no significa que hayas fallado en la educación de tu hijo, como padre o madre. Lo que significa que es que reconoces que tu hijo está sufriendo o pasando por una situación difícil y que sientes que no sabes cómo, pero, le quieres AYUDAR.
Algunas señales que detectáis las familias son:
- Un retraso en el desarrollo: del habla, el lenguaje, en el control de los esfínteres, etc.
- Problemas de aprendizaje o de atención
- Problemas de comportamiento (ira excesiva, mal comportamiento, “explosiones” o desbordes emocionales)
- Malas notas en el colegio
- Tristeza, llanto o depresión
- Retraimiento social, aislamiento, excesivamente apegado a vosotros
- Ser víctima de acoso escolar o acosar a otros niños
- Menor interés por actividades que previamente disfrutaba
- Comportamiento excesivamente agresivo (como morder, dar patadas, pegar o gritar)
- Cambios en el estado de ánimo (p. ej., estar feliz ahora y al minuto siguiente sentirse desgraciado; hundirse a la más mínima dificultad, etc.)
- Problemas en las transiciones (después de una separación, divorcio, traslado domiciliario, entrada en el colegio o cambio del mismo)
¿CÓMO TRABAJAMOS?
- Exploramos la demanda del paciente, la familia y/o el centro escolar. Normalmente mediante la realización de entrevistas con los padres que nos permitan conocer cómo ha sido el desarrollo del niño hasta el momento actual y qué piensan ellos acerca de lo que le ocurre a su hijo. Y tomando contacto, si es necesario, con el centro escolar.
- Sesiones de evaluación del niño que nos permitan conocer cómo es, cuáles son sus puntos fuertes y débiles, sus recursos de afrontamiento y cómo se relaciona con los que le rodean.
- Sesiones de intervención: con todo lo recogido en las sesiones anteriores, se establece cuál es el programa de intervención más adecuado para cada niño y familia.
En Copsica Psicólogos empleamos una metodología de tipo lúdica, que permite al niño expresar lo que siente y cómo se siente, de una manera segura y con una carga emocional aceptable para él. Utilizamos técnicas que les permiten mediar la palabra. De este modo, “la palabra es mejor tolerada por el niño y éste empieza a experimentar que puede hablar en el espacio de la psicoterapia sin amenazas y con seguridad” (Jose Luis Gonzalo). El juego es para los niños el equivalente al lenguaje en los adultos, y a través de éste pueden divertirse, comunicarse, descubrir y explorar el mundo, adquirir conocimientos y también representar sus miedos, deseos, conflictos, preocupaciones y problemas.
Así mismo, conscientes de la importancia de la formación como medio para ayudar mejor a nuestros pacientes, participamos y colaboramos tanto en actividades formativas como de investigación y estamos al día de las últimas novedades y avances en nuestro campo para hacer llegar a cada niño y/o adolescente tratamientos novedosos y con eficacia probada.
No obstante, aunque la experiencia y la formación son importantes, también lo es encontrar a un terapeuta con el que su hijo se sienta cómodo. Por ello, en Copsica Psicólogos tenemos amplia experiencia en terapia infantil pero además cuidamos y tenemos en cuenta la alianza y la relación que se establece con el niño y la familia, ya que entendemos que un clima de confianza y aceptación es fundamental para que uno pueda sentirse comprendido y seguro para expresarse con libertad.
TERAPIA JUVENIL
La adolescencia es una etapa de la vida en la que la confusión es el aspecto predominante, y en la que se producen múltiples cambios que no siempre son fáciles de asimilar. El niño está construyendo una nueva identidad de sí mismo, una nueva forma de relacionarse con el mundo y va adoptando poco a poco un papel adulto, lo que puede resultar, a veces, una tarea complicada. No todos los adolescentes viven estos cambios de la misma manera, depende del entorno que tenga cada uno, de las experiencias personales vividas anteriormente, y de sus características personales. Pero es cierto que, en ocasiones, una orientación y apoyo psicológico al propio chico y/o familia puede ayudar a resolver conflictos y a elaborar esta etapa con mayor bienestar y satisfacción.
En algunos casos, el adolescente será atendido en terapia individual, pero habrá otros en los que la terapia familiar puede ser más útil. Por ejemplo, cuando los miembros de una familia no se llevan bien, están enfrentados o discuten a menudo; o cuando un adolescente tiene problemas de conducta. La terapia familiar implica sesiones de terapia con algunos o todos los miembros de la familia, de modo que puedan mejorar las habilidades de comunicación entre ellos. El tratamiento se centra en técnicas de resolución de problemas, de mejora de la comunicación familiar y puede ayudar a los padres a reestablecer su papel como figuras de autoridad.